viernes, 11 de mayo de 2018

Crown shyness

La naturaleza reacciona y se comporta con la vitalidad que la caracteriza, la que le da su razón de ser, pero aún así, hay conductas que no dejan de sorprendernos. 

¿Alguna vez no nos hemos puesto a pensar hasta que punto las plantas y los árboles interactúan, como seres vivos que son, en su anclada existencia.
















La timidez botánica o timidez de las coronas (crown shyness en inglés) es un fenómeno que se produce en algunas especies de árboles como los eucaliptos o los alerces japoneses y da lugar a verdaderos rompecabezas aéreos de piezas que encajarían a la perfección y que dibujan mapas de carreteras que decoran la parte superior de frondosos bosques.


Se han propuesto diversas teorías sobre por qué puede producirse, poniendo de manifiesto, una vez más, la sabiduría de la madre tierra:

-La primera afirma que la timidez botánica se da cuando las ramas de los árboles chocan entre sí debido a diferentes fenómenos atmosféricos y en un alarde de consideración deciden respetarse el espacio vital.
-La segunda propone que ocurre para que las plantas que crecen en los lugares más bajos reciban la luz necesaria para realizar la fotosíntesis en un intento por equilibrar la convivencia del ecosistema.
-La tercera alude a que es un mero mecanismo de defensa contra dañinos agentes externos, como los insectos invasores.


Sea cual sea la explicación a este curioso comportamiento evolutivo, además de poder disfrutar de su atípica belleza, podemos fantasear con los diferentes motivos que lo propician, motivos que quizás se alejen de esos pensamientos científicos y se acerquen más a la idea de que la naturaleza nos está dando una vez más una lección vital, una lección de respeto y convivencia en perfecta armonía.

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